sábado, 3 de septiembre de 2011

Reivindicando los valores espirituales




Este es un mundo hipercibernetizado que con pasos gigantescos se dirige hacia su deterioro y decadencia, un mundo en el cual hasta hace décadas la tendencia era a la cientificación y tecnificación de la vida -tendencia menos explícita desde el discurso de hoy, pero que sigue imperando-, en el que el rol de las religiones sigue siendo entendido desde la hegemonía como una serie de rituales para los más ignorantes y los menos racionales.
Se observa que el eje central había sido puesto en el desarrollo. Un desarrollo basado en el crecimiento económico, con el ser humano a un costado y en función de ese progreso. El medio se había transformado en un fin y este a su servicio. El desarrollo guiado desde el estado, con algún resabio de keynesianismo y políticas sociales cedió paso a la "globalización", en la que la carrera por el crecimiento económico, la tecnología y la acumulación ilimitada sigue, en pocas manos, guiada por el capital financiero, con el vasallaje de pueblos y gobiernos en pro de esos intereses. El desarrollo perdió así lo único que tenía de "bueno": la intención de llegar un día a todos.
Pero el problema va mucho mas allá de que este "desarrollo" no sea para todos. Por un lado, aunque tal universalidad pudiera económicamente ser posible, el ecosistema planetario no lo resistiría. Pero aún mas ¿quién dijo que aunque social y ecosistémicamente hubiera sido posible, los seres humanos deseábamos ese desarrollo, aspirábamos por sobre todo al consumo?
Cualquier mente imparcial diría que ese ser noble que es el ser humano ha sido poseído por los gurúes del mercado capitalista y del consumo.
Los viejos templos de las religiones son despreciados como burdos ejemplos del primitivismo, pero al mismo tiempo son reemplazados por los nuevos templos, los centros comerciales gigantescos, donde se produce la vana fantasía de estar vivos, de participar, de pertenecer, a través del comprar, (claro que para los pocos que pueden hacerlo).
Es el "ser por el tener", denunciado por Erich Fromm, claro que es un "ser" que no llega jamás a ser pleno, porque la acumulación y el consumo son, utilizando terminología del Desarrollo a Escala Humana "pseudosatisfactores", verdaderos espejismos. Así, las encuestas revelan que luego de cierto umbral, el aumento del consumo no produce una mayor sensación de bienestar, sino lo contrario.
En el camino de sobreconsumo, los pocos pudientes han dejado fuera del sistema y condenado a morir de hambre a cientos de millones, porque debemos decirlo con toda claridad: existe una relación directa entre el consumir más de lo necesario y los niños moribundos de África, Asia o América Latina.
El sobreconsumo es un asesino legitimado, poco visible y sin castigo.
Es que los valores morales se han quedado estampados en las letras de ciertos libros y recuerdos y no se les permite tomar vida. Conceptos como la trascendencia, el desprendimiento, la frugalidad, el servicio a los demás, la unidad, la justicia, el amor son manipulados hasta el punto de parecer un pecado mortal nombrarlos. De hacerlo seremos identificados como anacrónicos ignorantes moralistas.
Una estrategia probablemente diseñada con toda intencionalidad, o tal vez resultante de un conjunto de elementos discursivos dominantes, ha tenido éxito: se ha logrado confundir los verdaderos valores espirituales del ser humano y su origen, con los sistemas religiosos institucionalizados y clericales, que poco y nada tienen que ver con aquellos.
Y por rechazar a estos últimos, en el mismo paquete rechazamos los valores.
Seremos muy claros: los valores espirituales y su fuente, el legado de diversos educadores universales de distintas épocas, son el patrimonio de la humanidad, un verdadero "código genético" para otro desarrollo, y no debemos permitir que nadie se erija con la pretensión de intermediar entre los seres humanos y tales valores.
La sociedad civil emergente, con sus procesos participativos, constituye la esperanza histórica de revertir las tendencias de destrucción que aceleradamente se propagan gracias al sistema hegemónico.
Es indispensable comprender que no se trata de procesos políticos, ni siquiera meramente socio-culturales, si no procesos cuya base es espiritual y valórica.
Se trata entonces de reivindicar los valores espirituales, repensándolos en un contexto social, organizacional y comunitario.
Boletín unid@s
Número 22
Haleh Maniei
Principio del formulario
13 de junio, 23:42 · Ya no me gusta · · Cancelar la suscripción
o     

Ya puse que me gusta, pero lo repito, me gusta y mucho. gracias Haleh. La frase "El sobreconsumo es un asesino legitimado, poco visible y sin castigo." me volvio 30 años atras, cuando descubri el significado de sophrosyne, uno de los espir ...Ver más
14 de junio, 0:38 · Me gusta · 3 personas

Haleh Maniei Que lindo lo que escribiste Jorge! Hay muchos grupos que están trabajando para reducir el consumo, de ésta manera será posible traer de retorno a la tierra a Sophrosyne!
14 de junio, 0:54 · Me gusta

‎"Gozar y gozar mucho –sostenían los devotos de Sophrosyne– es un fin existencial legítimo siempre y cuando el gozo no destruya la idea de lo que constituye nuestro propio bien. Porque si esa idea pierde, dice Aristóteles, aparece la manía ...Ver más
14 de junio, 1:18 · Me gusta · 3 personas

Haleh Maniei Excelente! Beso
14 de junio, 10:26 · Me gusta

Daniel Faure Excelentes comentarios, ya de ha rato estoy contento de integrar este grupo. Agrego, ¿no es un crimen de lesa humanidad ganar demasiado más dinero del que realmente se necesita? (muchos deberian pensar muy bien la respuesta)
14 de junio, 12:03 · Me gusta · 2 personas

Luis Oscar Gómez Almeida Por eso es MUY importante un sistema progresivo de impuestos, que se basara en el salario mínimo. Por ejemplo, yo sugeriría un impuesto del 10% de lo que se gane entre un sueldo mínimo y dos sueldos mínimos, un 20% entre dos y cuatro sueldos mínimos, un 25% para el monto entre cuatro y seis, un 35% para lo ganado entre seis y diez sueldos mínimos, y un 45% para todo lo que supere diez sueldos mínimos.
14 de junio, 15:02 · Me gusta · 3 personas

No hay comentarios: