sábado, 3 de septiembre de 2011

La religión (cap. 9)


Al leer algunos textos presentados en este grupo, me ha parecido que pudiera interesar y ser útil para el diálogo y la búsqueda en que estamos, compartir este capítulo del libro 'El Proyecto de Jesús' que escribimos Pasquale Misuraca y yo. Entiéndase que es una obra de ficción y de reflexión, no de teología ni de espiritualidad. La escribimos para mostrar e ilustrar una idea que compartimos: que el verdadero proyecto de Jesús no fue el de organizar una Iglesia o una religión, sino crear (o dar inicio a la creación de) una civilización universal, que hoy llamaríamos planetaria.
Una tarde de un día transcurrido en alegre soledad caminando a lo largo de la orilla del lago, Jesús vuelve a casa llevando un canastillo de frutillas que compró en un mesón en la calle. Acercándose, escucha el murmullo de los amigos reunidos, y asomándose al umbral, ve a doce de ellos agrupados alr
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11 de junio, 21:01 · Me gusta · · Suscribirse · Compartir
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Wolf Friedrich es cierto, es más, la religión en sí es universal y sus aparentes divisiones se deben más bien a intereses mesquinos introducidos por el hombre.
12 de junio, 0:46 a través de · Me gusta · 1 persona
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Según mi creencia, toda enseñanza de los verdaderos Guías Espirituales de la Humanidad, las Manifestaciones de Dios, ha sido potencialmente creadora de una civilización planetaria. No solo el proyecto de Jesús, sino también los de Moisés, Buda o Mohammad, por citar solo algunos, fueron potencialmente fundadores de la unidad de la humanidad y la Paz Mundial. Sin embargo, por la ceguera y codicia de los seres humanos, en particular los cleros, estos magnificentes proyectos universales no alcanzaron a desplegar todo su potencial, no porque sus mentores no tuvieran el poder para establecerlo, sino porque está en su propia voluntad no imponer nada que el ser humano no acepte, ya que solo en este último caso el humano puede beneficiarse. Ahora bien, los tiempos cambian y hay evolución social y de la conciencia humana de todos modos. Es tán inmensa la luz irradiada por estos seres, que aún los resplandores que se filtran por las grietas de una estructura social recalcitrada, han logrado impulsar cambios. Así hoy gracias a Jesús hay ciertas normas mínimas de hospitalidad y respeto por el prójimo o gracias a Mohammad una sociedad de naciones fue creada por primera vez en la Historia (con notable influencia en la ciencia y arte europeos que, gracias al accionar de la Iglesia fue recibida sin poder reconocerse el origen). Los tiempos cambian, la humanidad evoluciona y los desafíos son nuevos. Creo que ahora sí, inevitablemente, existen las condiciones físicas y espirituales para estalbecer la Civilización Planetaria.
12 de junio, 1:52 · Me gusta
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Leyendo el texto de Luis y de Pasquale, en particular el último párrafo de Jesús, entiendo que el planteo se dirige a cuestionar las estructuras centralizadas y piramidales que han caracterizado no solo a las instituciones religiosas sino a la mayoría de las organizaciones humanas. Como contrapropuesta se habla de una organización en red, flexible, libre, sin centros, de mutuo enriquecimiento. Lo relacional por sobre lo estructural. Coincido con esto. Creo que el problema no está en el mero hecho de organizarse, sino con el tipo de organización elegido. No se trata de que no exista organización, sino que esta sea innovadora, inspirada en el patrón de Unidad en Diversidad, flexible, enriquecedora, dialógica, consultiva, es decir, que no repita los modelos de organización hegemónicos. Esto conlleva nada menos que una profunda resignificación del poder.
12 de junio, 2:05 · Me gusta

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